Mantener el baño perfecto es una necesidad tanto por estética como por higiene. Es una estancia a la que debes prestar especial atención porque va a ser una de las más utilizadas de la casa, por propios y ajenos, por lo que su mantenimiento ha de ser prácticamente constante. Además, el orden te ayudará a disfrutar de las rutinas de higiene personal y a abordar el espacio como un lugar de armonía donde disfrutar también de tu hogar. Te explicamos algunos trucos para limpiar y organizar el baño casi sin esfuerzo optimizando tu tiempo:
Sean cuales sean las dimensiones del cuarto de baño hay una serie de rutinas de limpieza que debes aplicar de forma periódica para tenerlo siempre a punto.
El diseño de los baños facilita su mantenimiento, especialmente cuando disponen de gran cantidad de luz natural. Pero en numerosas ocasiones nos encontramos baños interiores y con poca iluminación.
Si este es tu caso, coloca suficientes puntos de luz para que todo el baño quede bien iluminado, evitando puntos oscuros que puedan pasar desapercibidos al realizar la limpieza.
Una vez finalizada la ducha enjuaga bien el plato o la bañera para que se vayan los restos de jabón. De esta forma evitarás que formen manchas antiestéticas al secarse.
Revisa periódicamente los armarios y cajones de tu baño para evitar la acumulación de cremas, mascarillas y productos capilares. Comprueba la fecha de caducidad y tira todo lo que ya no sea apto para usarse.
Otra buena idea es utiliza contenedores de almacenaje para guardar los objetos más pequeños, como brochas, pinzas y horquillas.
Y lo más importante, procura mantener recogido todo lo que no utilices a diario para que tu baño siempre esté en perfectas condiciones.
Cuelga las toallas de baño detrás de la puerta o junto a la ducha para que estén siempre a mano y extendidas. Así se secarán inmediatamente después de su uso. No olvides cambiarlas con frecuencia para evitar que acumulen suciedad y malos olores.
A la hora de guardarlas puedes ponerlas en cestos de mimbre, es tendencia en decoración de los baños y tus toallas se mantendrán perfectamente hasta su uso.
En cualquier cuarto de baño existen una serie de puntos clave que debes tener en cuenta en el momento de la limpieza.
Si tu mampara es de cristal pasa un paño seco que no suelte pelusa después de cada uso. Así evitarás las manchas de agua que forman cercos al secarse. Frótala con limón de vez en cuando para que no se acumule la cal.
Si es de material plástico mezcla agua, amoniaco y alcohol de limpieza y frota con un paño suave.
Las cortinas deben lavarse una vez al mes para evitar las manchas de moho y humedad. Se lavan perfectamente en la lavadora y se pueden volver a colgar sin secarse.
Si tu cortina ya tiene manchas negras de humedad, sumérgela unos minutos en lejía diluida para que desaparezcan. Si la cortina es de color sustituye la lejía por el vinagre para que los colores no se deterioren.
La silicona se oscurece con mucha facilidad. Para evitarlo utiliza un limpiador adecuado y frota sobre ellas cuando realices la limpieza del baño. Utiliza un cepillo de dientes viejo para eliminar los restos de jabón y suciedad que se hayan podido quedar sobre las juntas.
Si quieres mantener tu grifería como el primer día debes limpiarlos y secarlos con un paño de algodón. Así no se formarán sobre ellos manchas de cal que afean su aspecto.
Es el elemento del cuarto de baño que requiere una limpieza más potente, por eso no debes descuidar su desinfección. Vierte en el inodoro una cantidad de producto limpiador todas las noches y déjalo actuar.
Para mantener tu baño en perfectas condiciones no es necesario utilizar limpiadores fuertes y abrasivos, también puedes usar productos naturales que seguro tienes a mano en casa.
Vierte un poquito de bicarbonato sobre los desagües y comprobarás cómo disuelve todos los restos que hayan quedado acumulados.
Si vives en una zona con agua dura (con un alto porcentaje de cal) frota con limón los grifos y la alcachofa de la ducha. Verás cómo desaparece la cal y quedan brillantes como el primer día.
Sustituye el suavizante por un chorrito de vinagre. Tus toallas quedarán esponjosas y suaves y con un agradable olor a limpio.
Utiliza velas y aceites esenciales para que tenga siempre un olor agradable. Mantén el baño bien ventilado, de forma natural si dispone de ventana o de forma mecánica si es interior. Este punto es importante para evitar la acumulación de humedad, que puede provocar que los textiles y otros elementos se ensucien con facilidad y huelan mal.
Como ves, bastan algunos trucos y hábitos sencillos de conducta para mantener un baño limpio y en orden. Todos podéis contribuir en casa a crear un cuarto de baño acogedor y ordenado que os arrope como el resto de vuestro hogar día tras día.
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